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🇪🇸 Fui una perrita en celo… en un callejón!

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© 2022 by Mariposa

Nos preparamos con mis amigas para ir a bailar al Pub que queda cerca de mi casa como a 7 cuadras. Me puse un vestidito azul cortito, con un buen escote por delante y de espalda abierta, me coloqué mi tanguita predilecta para salir que es solamente una tirita que se mete en mi culito.

Como queda cerca, quedamos en juntarnos allá y me fui caminando, dentro del Pub encontramos una mesa y nos pusimos a conversar y tomar unos traguitos, varios me sacaron a bailar y cerca de las 4 de la madrugada ya me sentía un poquito mareada, así que decidí irme sin avisarle a las chicas porque ellas me hubieran acompañado hasta casa y les habría arruinado la noche.

Como pude me fui, Sali del Pub, llegué a la esquina y doble en dirección a mi casa. A mitad de cuadra hay un callejón al cual da la puerta de escape del Pub y dentro del callejón había 3 perros cogiéndose a una perrita.

Estaba decidida a respirar algo de aire antes de llegar mareada a casa, asi que decidí husmear un poco. Eso me excito y me metí en el callejón a verlos. Me senté en los peldaños de un escalón y mientras los miraba me acariciaba mi vagina.

Un gran perro blanco se la estaba cogiendo a una perrita que era la mitad de tamaño que él, los otros dos aguardaban su turno.

Me saque mi tanguita (la cual estaba bien metida en mi culito) la deje a un costado y mis deditos jugaban muy rico con mi clítoris, estaba muy mareada y mojada… y deseaba tener un pene en mi interior.

Al cabo de unos minutos uno de los perros, una mezcla de razas se me acerco olfateando el aire, saque mi mano y se la di a olfatear, el bribón la olfateo y me la lamio, eso provoco en mi un deseo enorme de ser poseída por él, ahí en el callejón, donde el solo pensar que alguien me pudiera ver me ponía mucho más caliente.

Así que me subí lo poco de vestido que cubría mis piernas y las abrí bien para dejarlo lamer si él quería.

En eso se acerca otro perro chiquito, como un pitbull, el cual se puso a olfatearme entre las piernas, deseaba que ellos me la lamieran toda, con mis manos me acariciaba mis tetas, estaba loca de ganas y con algo de alcohol en mi cuerpo.

El chiquito metió su hocico en mi vagina y comenzó a lamerla, era rico sentirlo, mis deseos eran extremos en ese momento, me recline para dejar mi espalda apoyada en la pared con las piernas abiertas y mis nalgas apoyadas en el cemento, mientras el chiquito me lamia, mmm su lengua más chica que la de los míos, entraba en mi vagina dándome oleadas de placer y deseo.

Al cabo de unos 3 o 4 minuto la perra que hay en mi salió, me puse en cuatro y le di todo mi hermoso culito en su cara, estaba tan caliente que por debajo de mi metí mis deditos en mi vagina, su lengua y mis dedos me estaban llevando al primer orgasmo callejero de mi vida

Toda esa escena más la sensación de ser descubierta haciendo algo así, me hicieron acabar como loca, mis jugos se mezclaban con su baba en mis labios, quería ser montada, pero el perro grande estaba abotonado con la perra y el otro daba vueltas alrededor mío mientras el chiquito me lengüeteada mi vagina mojada.

Me pare, di la vuelta y aproveche el escalón, mi culito apuntaba hacia la puerta mientras mis piernas apoyaban contra el peldaño, el perro chiquito siguió mi colita, metió otra vez su hocico pero ninguna intención de subirse, lo llamaba pero nada, mientras me volvía a para ver al perro grande que soltó a la perra.

Con mi tanga en la mano me acerque a ella, se lo pase en su concha llena de jugos y semen, y me la puse, sentí como la tirita se me metía entre mis nalgas, la saque a un costado y me fui acercando al chiquitín, me puse otra vez en el piso y le di todo mi culito en su cara, él lo olfateo y se volvió loco.

Se subió en mi culito, pero no alcanzaba y estaba cogiendo el aire, me incliné un poco hacia atrás y sentí su pene golpear mis glúteos, en eso el perro que estuvo con la perra aun con su pene colgando se acercó le gruño al chiquitín y me lengüeteo toda mi vagina hasta llegar a mi ano, y de pronto lo sentí cuando dejo caer su peso sobre mis caderas rompiendo mi vestido. Su pene me golpeaba duro el cachetito, me moví hacia donde lo sentía y ahora golpeaba mi vagina hasta llegar a mi ano, sin poder hacer bingo, yo lo deseaba, quería ser penetrada por cualquiera de ellos.

Trate de tomarlo en mi mano pero cada vez que lo hacía me gruñía, eso me asusto mucho, quise salirme pero me tenía tomada de las caderas muy fuertemente, en eso sentí como la punta abrió mis labios y entro, un pequeño grito salió de mí, y el desgraciado comenzó a darme como loco, su pene termino de ponerse duro dentro mío, su bulbo penetro mis labios dándome un rico orgasmo, cada clavada sentía como su bulbo entraba más en mi, mas allá de lo que mi perro nunca me lo metió, un dolor rasgante se apodero de mí, sentía que su pene golpeaba fuertemente mi útero, cada arremetida era colosal, me estaba poseyendo un callejero, sentía como su baba caía en mi espalda y su pene hinchado daba gozo a mi ser, quería gritar de gusto pero gente pasaba por la entrada del callejón, y yo dejaba que el mi hiciera suya.

Fue un frenesí histérico, él empujaba y yo retrocedía para sentirlo todo dentro mío, dos o tres movimientos más y otro orgasmo me inundaba, sentía como me estremecía mientras el continuaba dándome muy rápidamente.

Ms gritos ahogados se apoderaban de mí, no alcance a terminar de acabar cuando sentí como otro orgasmo me volvía loca, le dije: pará que me matás, y en eso su semen caliente golpeo mi útero, inundándome toda, mis temblores eran incontrolables, me tenía al borde de perder el conocimiento, ya estaba cansada, no tenía más fuerzas.

El desgraciado se bajó de mi quedando culo con culo y me arrastro por el suelo, su bulbo firmemente dentro mío, no dejaba que nos separáramos, me tome de la barandilla por temor a que me arrastre a la calle, eso fueron minutos eternos hasta que su bulbo se deshincho y salió, dejando que un mar de semen corriera por mis piernas.

Volví al peldaño y chiquitín volvió a mi entre pierna, lo deje lamer para así limpiarme todo ese caliente semen que me tenía toda sucia, mi vestido destruido, su lengüita daba ricas lamidas, me reclino contra la pared y él se subió encima y daba cogidas al aire, pobrecito pensé, me dio pena, le tome su pene firmemente y lo deje que siga cogiendo, jadeaba mientras golpeaba fuertemente mi mano, su bulbo estaba bien hinchadito, lo baje del peldaño y lo deje que entrara en mi vagina, mmm que ricas arremetidas, dame más dame más chiquitín, le dije, hoy no te quedaras con las ganas y me darás placer.

Chiquitito pero empeñoso logro sacarme dos orgasmo rápidamente y su bulbo golpeaba mis labios pero no alcanzaba a entrar, era rico sentirlo dentro, sus movimientos más rápidos que el grande me hacían sentir muy bien, su pene entraba y salía de mi vagina, dándome mucho placer, en eso se quedó tranquilo y comenzó a llenarme de semen, calentito, mojándome toda, lo acerque más a mi para no dejarlo salir hasta sacarle hasta la última gotita de su leche, trate de apretarlo lo más que mis fuerzas me dejaran y sentí como en cada palpitación su semen entraba en mí, le dije: dame toda tu lechecita, sentí tan rico como acababa dentro mío que no quería que terminara, lo sentí muy pero muy rico.

Ya terminado esto traté de arreglarme un poquito, pero mi vestido roto y mis piernas y muslos todos sucios… me sentí morir, era la primera vez que una calentura me llevaba a perder el control de mi ser.

Sali corriendo del callejón rumbo a casa, en el camino estando a dos cuadras una pareja pensó que me habían atacado, me decían: hey necesitas ayuda, pero no conteste corrí más rápido hasta llegar a casa.

Una vez dentro mis perros me vinieron a saludar y me olfateaban toda, me desnudé y me di una reconfortante ducha y luego a la cama estaba muerta.

En la mañana me levante me puse una bata y Sali a buscar el diario a la puerta y grande fue mi sorpresa cuando veo en el ante jardín al chiquitín, estaba ahí sentado mirándome y moviendo su colita, entre a casa y le serví leche y un poco de alimento los lleve a la puerta y el muy contento vino a mi puerta a comer.

Ese sí que es un amante persistente, jajaja.

FIN

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